Capítulo 443
Al escuchar las palabras de Fabián, una ligera vergüenza se reflejó en el rostro de Araceli.
-Nunca pensé que André realmente podría invitar a STAR.
-Ahora sí que ya no tienes por qué preocuparte, ¿verdad?
Fabián hizo una pausa y esbozó una sonrisa de satisfacción.
-¿Viste a Sabrina? ¡Qué mal parada quedó! André ni siquiera la deja entrar al Grupo Carvalho. Y tú, ni siquiera necesitas anunciarte, entras directamente. Esa es la diferencia.
El elevador se detuvo rápidamente.
Ambos llegaron a la oficina de André.
Fabián no perdía oportunidad de menospreciar a Sabrina.
-André, hace un momento, cuando estábamos abajo, nos encontramos con Sabrina. Escuché que Paula dijo que has prohibido estrictamente su entrada al Grupo Carvalho, y que quien se atreva a dejarla entrar será despedido.
-Pero Sabrina no hizo caso, intentó entrar de todas formas y Paula, sin saber qué hacer, tuvo que llamar a seguridad para echarla. Justo cuando Araceli y yo llegamos.
-Araceli, de buen corazón, dijo algunas cosas en su defensa, pero Sabrina no lo valoró y hasta nos lanzó unas indirectas…
Al escuchar las palabras de Fabián, André se quedó pensativo.
-¿Sabrina vino aquí?
-Sí, Paula mencionó que la última vez que la recepcionista la dejó pasar, casi despides a la recepcionista y al personal de seguridad. Paula no se atrevió a dejarla quedarse ni un minuto
más…
Antes de que Fabián pudiera terminar, André llamó a Iván para que entrara.
-Iván, baja y trae a Sabrina.
Fabián y Araceli se quedaron pasmados, intercambiando miradas de desconcierto.
Aproximadamente diez minutos después, alguien llamó a la puerta de la oficina.
Iván entró con una expresión incómoda.
-Señor Carvalho, la señorita Ibáñez… ya se fue.
Media hora más tarde, Paula, con una expresión de disgusto, se acercó a Sabrina.
-Señorita Ibáñez, el presidente Carvalho… le pide que vuelva.
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10.05
Capitulo
Resultó que Sabrina no estaba mintiendo.
Realmente tenía una cita con André.
Sabrina, mientras revisaba las noticias en su celular sin levantar la vista, comentó:
-Dile a André que estoy muy ocupada ahora y no tengo tiempo.
En ese momento, Sabrina estaba sentada tranquilamente en una cafetería, sin la menor apariencia de estar ocupada.
Paula sabía que Sabrina lo estaba haciendo a propósito para complicarle las cosas.
Con un suspiro, Paula dijo en voz baja:
-Señorita Ibáñez, lo siento, lo que pasó antes fue mi culpa… Espero que no guarde rencor y no se lo tome personal.
Sabrina, viendo la expresión de Paula, que luchaba por contener su humillación, sorbió su café lentamente.
-No tienes derecho a negociar conmigo. Si quieres que vuelva, que tu jefe venga a hablar conmigo en persona. Después de todo, él es el responsable principal por no gestionar bien a su personal.
Paula miró a Sabrina, incrédula.
André había enviado a Paula para disculparse e invitar a Sabrina a regresar, lo cual ya era un gran gesto.
¿Y Sabrina no solo no lo aceptaba, sino que se mostraba altanera? ¿Con qué derecho?
Sabrina, como si no notara la mirada atónita de Paula, continuó revisando su celular con
calma.
La eficiencia de André era notable; las noticias en redes sociales ya estaban perdiendo relevancia, y los comentarios negativos disminuían visiblemente.
Paula abrió la boca, queriendo aconsejar a Sabrina que aceptara la oferta.
Pero claramente sintió que la mujer frente a ella ya no era la misma de antes.
Desde que se había marchado sin mirar atrás y había sido capaz de pronunciar palabras tan audaces, estaba claro que no sería fácil de convencer.
Paula solo pudo reprimir su frustración y retirarse, lista para informar a André.
-Presidente Carvalho, ya me disculpé con la señorita Ibáñez, pero se niega a regresar. Insiste en que debe ser usted quien la invite personalmente.
Mientras decía esto, un matiz de resentimiento se reflejaba en el tono de Paula.
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