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Capítulo 280
Fabián se volvió hacia el vendedor y, con una sonrisa cargada de desdén, le espetó:
-Si no quieres seguir trabajando aquí, véndele el brazalete a esta mujer. Después no te quejes cuando ni en Cartagena ni en todo Colombia puedas encontrar trabajo.
El vendedor quedó paralizado. Miró a Araceli y su rostro palideció al instante. Reconoció a la mujer de los rumores con André Carvalho. Siendo un simple empleado, ¿cómo podría enfrentarse al poder de un gigante como el Grupo Carvalho?
Araceli, fingiendo preocupación, intervino:
-Fabián, ya no sigas.
-Eres demasiado blanda, Araceli. Por eso alguien como Sabrina, que se mete en camas ajenas, te robó a tu hombre. Hoy voy a ayudarte a darle una buena lección.
Sabrina, manteniendo una compostura imperturbable, replicó:
-Para darme lecciones, te falta nivel.
Dicho esto, les dirigió una tenue sonrisa y elevó su voz para que todos escucharan:
-¿Entonces es verdad que si a André le gusta algo, no importa quién lo vio primero ni quién lo compró, todos deben rendirse ante esta señorita? Mientras otros negocios tratan a sus clientes como reyes, ¿aquí los tratan como esclavos? ¿Así hace negocios el Grupo Carvalho? Los que compren en sus tiendas deberían recordar que si los hacen enojar, pueden arruinar su vida en Colombia.
Las palabras de Sabrina fueron calculadas con astucia, colocando a Araceli y Fabián contra todos los presentes. Los clientes y empleados los observaban con evidente desprecio.
Los compradores, personas adineradas o de alto estatus, manifestaban su descontento sin
reservas.
-El Grupo Carvalho ha crecido mucho últimamente, pero todavía no controla todo el mercado. Si ya son tan arrogantes ahora, ¿qué pasará cuando sean más grandes? ¿Tendremos que comprar de rodillas?
-Bah, no es como si solo existiera el Grupo Carvalho para comprar joyas. Si aquí no nos quieren, podemos ir a la Joyería Valverde.
-Mejor evitar comprar en el Grupo Carvalho, no vaya a ser que me quiten lo que me gusta.
-Mi papá tiene una reunión con ellos mañana para hablar de negocios. Le voy a contar esto. Con esa actitud tan prepotente, no son buenos socios.
En cuestión de segundos, los murmullos inundaron el local. El malestar hacia el Grupo Carvalho era palpable en el ambiente.
Sabrina sonrió mirando a los dos, cuyos rostros reflejaban un torbellino de emociones.
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-Señor Guerrero, señorita, si mañana las acciones del Grupo Carvalho caen, parte del mérito será suyo.
Los rostros de Araceli y Fabián se transformaron drásticamente.
En medio del alboroto, una figura imponente descendía con calma por las escaleras. El hombre de apariencia distinguida y atractiva, captó inmediatamente la atención general con su presencia dominante.
El bullicio a su alrededor cesó como por arte de magia.
Con el ceño ligeramente fruncido, preguntó:
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