Capítulo 270
En el reservado del restaurante, Elwood entrecerró los ojos, observando con minuciosidad a la joven pareja sentada frente a él. Su cabello plateado contrastaba con aquellos ojos verdes que escudriñaban cada detalle, mientras sostenía un bastón que completaba su imagen de autoridad indiscutible.
-Esta señorita parece que no es la persona que estoy buscando.
Araceli, sentada junto a André, contenía a duras penas la emoción que sacudía su cuerpo. Si Celeste representaba el ídolo que aspiraba superar algún día, Elwood encarnaba la figura que había venerado desde sus primeros pasos en la música. Jamás imaginó que tendría la oportunidad de respirar el mismo aire que esta leyenda viviente, ese nombre que todo músico pronunciaba con reverencia y admiración.
-Elwood–pronunció André con un tono frío y transparente como agua cristalina-, la chica que está a mi lado no es inferior a la persona que buscas.
Elwood lo miró fijamente, sus ojos penetrantes brillando con intensidad bajo las cejas plateadas.
-¿Puedo preguntar quién es la señorita que estoy buscando para ti?
-Es mi esposa -respondió André sin rodeos.
Elwood dirigió nuevamente su mirada hacia Araceli.
-¿Y esta señorita, qué relación tiene contigo?
-Es mi amiga -contestó André con voz profunda-. Se graduó del Conservatorio de Música Santa Victoria en Chile.
Al escuchar esto, Elwood soltó una carcajada espontánea, como si acabara de oír un chiste particularmente ingenioso.
-¿Crees que graduarse del Conservatorio de Música Santa Victoria es algo impresionante?
André arqueó una ceja con sutileza.
-¿No lo es?
Elwood esbozó una sonrisa condescendiente.
-No niego que el Conservatorio de Música Santa Victoria en Chile está entre los mejores del mundo, pero parece que olvidas que en Colombia también tenemos excelentes instituciones musicales, como el Conservatorio del Tolima en Ibagué. Sin embargo, el Conservatorio del Tolima se enfoca en educación de música clásica, mientras que Santa Victoria se especializa en estudiar diferentes corrientes musicales tanto clásicas como modernas.
El anciano se sumergió momentáneamente en sus pensamientos antes de continuar.
1/2
-Para ser honesto, también he estudiado instrumentos más clásicos. Son realmente únicos, con un timbre extraordinario, aunque ciertamente muy complejos… Tal vez algún día, al conocer a un intérprete destacado de instrumentos más tradicionales, pueda aprender algo
nuevo.
Tras una breve pausa reflexiva, Elwood volvió a fijar su mirada penetrante en Araceli.
-No niego que Santa Victoria tiene personas talentosas, pero en mi caso, los estudiantes de allí posiblemente ni siquiera alcancen el nivel para tocar a mi puerta.
El interés de Elwood por Araceli parecía desvanecerse rápidamente.
-¿Dónde está tu esposa? Es a ella a quien busco.
André frunció ligeramente el ceño, manteniendo su compostura impecable.
Comments
The readers' comments on the novel: La Guerra de una Madre Traicionada