Capítulo 267
Los dedos largos y pálidos del hombre movían suavemente la copa de vino, creando pequeños remolinos carmesí que captaban débilmente la luz ambiental mientras su mirada se tornaba reflexiva.
-Fabián tiene algo de razón.
Fabián se mostró bastante satisfecho, irguiéndose en su asiento con una sonrisa apenas disimulada que delataba su sensación de triunfo.
-He visto muchas cosas así, André, es mejor que me hagas caso.
André probó un sorbo del vino en su copa, sus ojos oscuros eran inescrutables, con un destello sombrío que flotaba inestable en su mirada, como si contemplara posibilidades que no estaba dispuesto a compartir.
Jorge quería insistir, pero el teléfono de André sonó interrumpiendo el momento. Mientras André atendía la llamada alejándose unos pasos, Jorge bajó la voz y se inclinó hacia Fabián con expresión confundida.
-Fabián, ¿no querías siempre que André se divorciara y se casara con Araceli? Ahora que André quiere divorciarse, ¿por qué lo detienes?
Fabián miró a André, quien estaba en el teléfono, y respondió en voz baja, con un tono que dejaba entrever su verdadera intención.
-Antes sí lo pensaba, pero Araceli tiene poco tiempo de vida, aunque se case con André, no va
a vivir más de unos meses.
-Prefiero que Sabrina sufra y que no pueda andar de hombre en hombre, en lugar de dejar que se divorcie y viva feliz.
Jorge frunció el ceño, estudiando el rostro de Fabián con evidente desaprobación.
-¿No dijeron que habían encontrado a un curandero para tratar a Araceli?
Fabián hizo un gesto despectivo con la mano, restándole importancia al asunto.
-Ese viejo conoce a Sabrina, quién sabe si realmente va a tratar bien a Araceli. Además, ¿quién ha visto que una enfermedad terminal se cure tan fácil? Alargar la vida de Araceli tal vez, pero curarla completamente es otra cosa.
Jorge lo miró pensativo antes de responder.
-¿Y si realmente se cura?
Fabián esbozó una sonrisa calculadora, revelando que ya había contemplado esa posibilidad.
-Entonces que se divorcien después, de todos modos, el tratamiento de Araceli va a durar mínimo un año o más. Eso mantendrá a Sabrina ocupada, asegurándonos de que no la pase
bien.
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Jorge guardó silencio por un buen rato, observando a Fabián con una mezcla de incomprensión y rechazo, antes de finalmente preguntar.
-Fabián, ¿por qué odias tanto a Sabrina? ¿Te hizo algo grave?
Mientras tanto, André había recibido una llamada de su asistente Iván, quien sonaba ligeramente nervioso al otro lado de la línea.
-Señor Carvalho, tengo información sobre la señora… ¿quiere escucharla?
Sabrina y André todavía estaban en proceso de divorcio, pero técnicamente seguían siendo esposos. Iván lo pensó mucho antes de decidirse a informar a André sobre el asunto, consciente de las posibles implicaciones.
-Dime–respondió André con voz grave.
-Resulta que un amigo me pidió ayuda para encontrar a alguien. Me dijo que un maestro de música británico que se llama Lennox Elwood vio un video de alguien tocando el violín y quedó impresionado; quiere encontrar a esa persona.
-El contacto no conoce bien América Latina, y después de varias vueltas, llegó conmigo.
-Y descubrí que quien toca el violín es la señora.
André apretó levemente el teléfono contra su oreja.
-¿Quién es ese tal Lennox?
-Lennox Elwood es un músico británico muy conocido, un virtuoso del violín que ha ganado premios por su trayectoria, jes súper influyente!
-Esta vez, Elwood estaba en Bogotá para una conferencia y vio por casualidad el video de la señora tocando. Ahora quiere invitarla a su evento musical.
-La última vez que intentó invitar a Elwood para aumentar la fama de la señorita, lo rechazó.
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