Capítulo 459
Sabrina no podía dejar de notar las pequeñas tretas de Fabián. Sin embargo, para ella, las fanfarronadas de Fabián no eran más que un juego de niños. La razón por la que había aceptado venir era para observar el concierto organizado por Elwood. Aunque Elwood no subiría al escenario, sus conciertos eran una oportunidad única de aprendizaje.
Fabián pensó que al invitarla, la haría sentir incómoda o molesta. Lo que no sabía era que ella, lejos de enojarse, estaba agradecida con él. De no ser por esta invitación, no habría tenido la oportunidad de asistir a un evento de tal magnitud, dada su actual posición.
Con una mirada reveladora, Sabrina observó a Fabián. Este había logrado, sin querer, hacerle un gran favor. Fabián notó que ella no mostraba ni un atisbo de enojo o frustración, sino que lo miraba con una expresión inusual, lo que le hizo sentir un escalofrío.
-Sabrina, ¿por qué me miras así?
Sabrina sonrió y respondió:
-Claro, estoy mirándote a ti.
Fabián, un poco inquieto, se preguntó:
-¿Qué tengo de interesante?
Sabrina, con un gesto despreocupado, dijo:
-Nada en especial, pero no ibas a llevarme a ver a Araceli? Si no nos movemos, su presentación terminará.
Fabián revisó la hora y se dio cuenta de que el concierto estaba a punto de empezar. Sin más preámbulos, condujo a Sabrina al auditorio.
El auditorio ya estaba lleno de gente. Las luces se habían atenuado, creando un ambiente de expectación. Fabián señaló un asiento vacío al fondo y le indicó a Sabrina:
-Después de que Araceli termine de tocar, te llevaré a verla.
Sabrina asintió con facilidad.
-De acuerdo.
La respuesta tan tranquila de Sabrina lo dejó un poco desconcertado. Con un tono de advertencia, le dijo:
-Si te metes en problemas, es bajo tu propio riesgo.
En el fondo, Fabián deseaba que Sabrina causara algún tipo de escándalo en el evento. Con ese pensamiento, decidió no quedarse vigilándola y regresó a su asiento en la primera fila.
-¿Dónde estabas? Llegas muy tarde -André le preguntó con el ceño fruncido.
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Capitulo 459
Fabián respondió con evasión:
-Nada importante, solo una llamada.
Afortunadamente, las luces estaban apagadas, ocultando su nerviosismo. Pronto, la música comenzó a sonar y André desvió la vista.
Fabián soltó un suspiro de alivio.
Las luces del escenario brillaron de repente, y la esbelta figura de Araceli apareció en el centro. Sabrina levantó una ceja. Elwood realmente confiaba en Araceli, no solo le había dado la apertura, sino que también le había asignado una pieza de solo. No era de extrañar que Fabián estuviera tan ansioso por presumir.
Durante este tiempo, probablemente bajo la dirección de Elwood, Araceli había perfeccionado mucho su habilidad con el instrumento. Aunque Sabrina no sentía simpatía por Araceli, tenía que admitir que la joven tenía talento, suficiente para haber atraído la atención de Elwood.
Ahora, bajo la tutela de Elwood, no solo recibía orientación de un maestro destacado, sino que también podía aprender de las compañeras que ya eran reconocidas en el mundo. Con un poco de esfuerzo, el futuro de Araceli prometía ser brillante.
La melodía envolvió el auditorio con su belleza. Araceli no solo poseía un talento musical, sino que también era una mujer de gran belleza; no por nada André había mantenido un interés constante en ella a lo largo de los años. Bajo la luz de los reflectores, la apariencia de Araceli, cuidadosamente arreglada, era deslumbrante.
Al terminar su interpretación, el público estalló en aplausos ensordecedores, y los oídos de
Sabrina se llenaron de alabanzas hacia Araceli.
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