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La Guerra de una Madre Traicionada novel Chapter 451

Capítulo 451

El médico salió de la habitación y dijo: -La herida no alcanzó ningún órgano vital del señor Carvalho, así que no corre peligro de muerte. Con un poco de reposo, se recuperará.

Cuando André fue llevado afuera, Araceli empujó a un lado a Sabrina y, como si fuera la dueña del lugar, corrió hacia la cama.

-André, André, ¿estás bien?

Fabián también dejó de discutir con Sabrina y se apresuró a verificar cómo estaba André.

André fue rápidamente trasladado a una habitación. Sabrina intentó entrar para ver cómo estaba, pero Fabián la detuvo en la puerta.

-¿Quieres ver a André? Ruega por ello. Si me lo pides, quizás de buen humor te deje entrar a verlo.

Jorge, que acababa de hablar con el médico, al ver la escena se acercó rápidamente.

Estaba a punto de interceder por Sabrina, pero la vio volverse sin dudarlo y alejarse.

-Si es así, no importa.

Fabián se quedó sorprendido.

¿Por qué Sabrina reaccionaba de una forma tan inesperada?

-Oye, regresa-Fabián intentó decir algo, pero Sabrina siguió su camino sin detenerse ni mirar atrás.

Jorge, al ver esto, le dijo rápidamente a Fabián:

-Voy a ver qué pasa.

Con pasos apresurados, Jorge fue tras ella.

Fabián observó a Jorge alejarse y sintió una extraña sensación en su interior.

Jorge, que normalmente no se inmiscuía en asuntos ajenos, ¿por qué ahora mostraba tanto interés en lo de André?

Sabrina acababa de salir del hospital cuando Jorge la alcanzó.

-Sabrina, ¿a dónde vas? Te llevo.

Sabrina se detuvo.

-Voy a casa a darme un baño y a descansar un poco.

Jorge entonces notó las manchas de sangre en la ropa de Sabrina.

-Déjame llevarte.

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Capitulo 451

-Está bien. -Sabrina no se opuso.

Mientras el carro arrancaba, Jorge miró el rostro pálido y cansado de Sabrina, y sus ojos. mostraron un atisbo de compasión.

-Sabrina, ¿por qué no me esperaste? Quizás podría haber convencido a André.

Sabrina negó con la cabeza.

-No, no podrías convencerlo.

Con lo de Araceli, nadie podría hacerlo cambiar de opinión.

Jorge permaneció en silencio unos segundos.

-Habrá otras formas de solucionar esto, Sabrina. No deberías haber actuado tan precipitadamente. ¿Y si André

Las palabras de Jorge fueron interrumpidas por la calmada voz de Sabrina.

-Si me atreví a actuar, es porque tengo todo bajo control. No te preocupes, él no hará nada al

respecto.

Los dedos de Jorge, apoyados en el volante, se detuvieron un instante. Una chispa de curiosidad brilló en sus ojos.

-Sabrina, ¿por qué estás tan segura? ¿André te dijo algo?

Jorge y André eran amigos desde hace años, y a menudo, quienes están cerca no ven las cosas con claridad. Muchas veces, Jorge entendía mejor que André.

André no era insensible hacia Sabrina. Por eso seguía buscando excusas para no divorciarse.

Jorge había intentado aconsejarlo en varias ocasiones, aunque sin mucho entusiasmo.

Sin embargo, había cosas que prefería no mencionar.

Sabrina miraba el paisaje que pasaba rápidamente por la ventana, su rostro sereno como el

agua.

-Por Araceli, André no dudó en usar a las personas a mi alrededor. Si me enviara a la cárcel, el estudio que consiguió para Araceli desaparecería, y también sus composiciones.

André es un comerciante astuto; no sacrificaría todo su esfuerzo por un arrebato.

Esa era su confianza.

Fabián actuaba por impulso, pero André lo hacía por conveniencia.

Enviarla a prisión no le traería ninguna ventaja, solo desahogaría su ira.

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