Capítulo 428
Investigar sobre Daniela y luego descubrir a Sabrina no parecía ser una tarea tan complicada.
Iván, al notar la mirada poco amigable de Sabrina, carraspeó ligeramente.
-Señorita Ibáñez, nosotros… estamos aquí para encontrar a STAR.
La expresión de Sabrina cambió sutilmente.
El hecho de que André pudiera encontrar este lugar significaba que él ya lo sabía todo.
André echó un vistazo a Daniela.
-Señorita Blasco, ¿podría darnos un momento a solas?
Daniela buscó la aprobación de Sabrina con la mirada, y Sabrina asintió levemente.
Daniela asintió también y se fue junto con Iván.
Una vez que Daniela e Iván se retiraron, André se acercó a Sabrina.
Sus ojos oscuros y profundos se posaron sobre ella, con una mirada de inspección y evaluación.
-Así que, tú eres STAR.
Se dio cuenta de que en realidad no conocía bien a Sabrina.
Solo sabía que durante sus cinco años de matrimonio, ella nunca había salido a trabajar.
Si ella trabajaba o no, era algo que realmente no le importaba.
Por eso, nunca le preguntó sobre su empleo anterior.
Lo que no esperaba era que, además de tocar el violín y hablar fluidamente francés y alemán, ella resultara ser la compositora reconocida y misteriosa, STAR.
Sabrina sabía por qué André la buscaba, así que fue directa al grano:
-No seré la compositora exclusiva de Araceli, deberías buscar a otra persona.
André la miró fijamente.
-¿Por qué?
Sabrina ya estaba preparada mentalmente y no mostró una expresión demasiado sorprendida.
-¿De verdad no lo sabes?
Con las habilidades de André, descubrir su identidad solo era cuestión de tiempo.
La voz de André era grave y clara.
-Si es por el pago, cualquier requerimiento que tengas, puedes mencionarlo.
19-22
Capitulo 428
Sabrina sonrió.
-Pensé que, al saber mi identidad, señor Carvalho, ya no vendrías a buscarme. Al fin y al cabo, un hombre inteligente no querría que su exesposa tuviera contacto con su actual pareja.
El tono de Sabrina tenía un toque de burla.
-No esperaba que el señor Carvalho viniera personalmente a hablar conmigo para allanar el camino a su señorita.
Cada vez que pensaba que André no estaba tan interesado en Araceli, él hacía algo que le demostraba que eso no era más que una ilusión.
-André–continuó Sabrina-, deberías entender que mi negativa se debe, primero, a que no quiero estar expuesta al ojo público. Y segundo, no deseo que mi fama sea utilizada para promover a la señorita.
-El señor Carvalho tiene muchas maneras de impulsar a la señorita, no es necesario hacerlo a mi costa, ¿verdad?
André la miró con intensidad.
-Si te preocupa que alguien te ataque por esto, puedo contratar un equipo de relaciones públicas para manejar la situación. Si no deseas aparecer en público, puedo hacer los arreglos necesarios. Si tienes otras exigencias, puedes mencionarlas todas.
-No tengo ninguna exigencia -respondió Sabrina fríamente-. Mi único deseo es que el señor Carvalho se vaya de aquí y no vuelva a aparecer frente a mí.
La luz del sol de la tarde se filtraba a través de las persianas, bañando el rostro del hombre, haciéndolo parecer cambiante entre la luz y la sombra.
-¿Es por mí que no quieres aceptar este trabajo?
Sabrina mostraba signos de impaciencia.
-Tú lo has dicho. Pero, incluso si no fuera el señor Carvalho, tampoco aceptaría este trabajo. Tu presencia solo me da más razones para rechazarlo.
André la observó.
-Sabrina, sabes que lo que quiero hacer, lo lograré sin falta.
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