Capítulo 415
Muchos dicen que después de casarse uno pierde la libertad.
Pero él era diferente.
Podía hacer todo lo que quería sin que el matrimonio lo afectara en lo más mínimo.
De hecho, gracias a tener una esposa tan comprensiva y competente, no tenía ninguna preocupación y podía dedicar toda su energía a desarrollar su carrera.
Siempre había pensado que esto era ideal.
Aunque… de vez en cuando sentía que algo le faltaba.
Pero nunca se detuvo a analizarlo profundamente.
Sabrina miró a André con una expresión extraña.
-André, ¿no será que tu vida ha sido demasiado tranquila y ahora buscas algo de emoción? ¿Necesitas que te dé unas bofetadas para que sientas mi carácter?
¿Acaso André tenía alguna afición extraña?
¿Le gustaba que lo golpearan o lo insultaran?
Pensándolo bien, ella no era el tipo de persona que le gustaría a él.
Araceli, que siempre buscaba problemas, en realidad hacía mejor pareja con él.
No era de extrañar que André estuviera tan obsesionado con Araceli.
André volvió en sí, su expresión recuperó la calma habitual.
-Te doy tres días para pensarlo.
-No necesito pensarlo -respondió Sabrina, su expresión era aún más fría-. Rechazo.
-No tienes por qué apresurarte a rechazarlo -André bajó la mirada hacia ella-. Sabrina, aunque no lo hagas por ti, deberías pensar en las personas a tu alrededor.
Sabrina sonrió.
-André, si puedes gastar tanto dinero y recursos por Araceli, ¿por qué no estás dispuesto a pagar esa compensación de un millón?
Sabrina miró fijamente a los ojos de André, su sonrisa se desvaneció gradualmente.
-¿O es que estás tan acostumbrado a aprovecharte de los débiles que, al tratarse de mí, ni siquiera te molestaste en sacar el dinero, pensando que una amenaza sería más efectiva? Pero qué lástima, no me intimidas con eso. O pagas o… cada quien por su lado.
Dicho esto, Sabrina se dio la vuelta y se marchó.
Entre ella y André, estaba claro que no llegarían a un acuerdo.
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