Capítulo 471
Alberto miraba hacia abajo a la encantadora y preciosa Ana, y lentamente bajó la cabeza.
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Raquel regresó a su apartamento, se dio un cómodo baño caliente y luego salió vestida con un camisón. En ese momento, “ding“, sonó su celular.
Raquel cogió el celular, era un WhatsApp de Ana. Ana había enviado un mensaje de voz.
¿Qué mensaje de voz envió Ana?
Raquel curiosa lo abrió, y la voz de Ana se escuchó enseguida, era su voz coqueta diciendo, Alberto, más suave por favor, me estás lastimando.
–
El rostro pequeño y hermoso de Raquel se enfrió de repente, no esperaba que Ana le enviara un sonido de gemidos durante el sexo.
En ese instante Ana y Alberto estaban en la cama, y Ana envió el mensaje de voz.
Raquel no mostró ninguna expresión, dejó el celular a un lado y empezó a ocuparse de sus
cosas.
No se sabe cuánto tiempo pasó, “ding dong“, sonó el timbre de su apartamento.
Ahora alguien estaba tocando la puerta.
¿Quién?
Raquel camino hacia la puerta principal del apartamento y la abrió, afuera estaba Ana.
Raquel la miró, -Ana, ¿a qué viniste?
Ana todavía llevaba puesta la camisa blanca de Alberto, y con una sonrisa orgullosa dijo, Raquel, ¿recibiste el mensaje de voz que te envié?
Raquel respondió, -Lo recibí, suena bien.
—
Ana se sorprendió un poco, ella quería lastimar profundamente a Raquel, pero no esperaba una respuesta tan indiferente como esta de ella.
-Ana, ¿hay algo más? Si no, cerraré la puerta.- Raquel hizo un ademán de cerrar la puerta.
Pero Ana aprovechó con sagacidad la oportunidad para empujar la puerta del apartamento y
entrar.
Raquel se quedó estupefacta, Ana, por favor mejor váyase, usted no es bienvenida aquí, jesto es allanamiento de morada!
Capitulo 471
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Ana entró corriendo en la sala de estar de Raquel, antes se había sorprendido con el lujo del apartamento de Alberto, no esperaba que el de Raquel también fuera tan lujoso.
-Raquel, ¿tú no por qué te mereces vivir en una casa lujosa como esta?– Ana dijo con envidia.
Raquel la observó con una mirada sombría y clara, -Tú también podrías vivir en una casa lujosa, pero, parece que no te lo puedes permitir.
Ana enfurecida, -¡Pero sandeces que dices!
Raquel insistió de nuevo en que se fuera, -Ana, te lo repito, por favor retírese. Si no sales ahora, llamaré a la administración del edificio, y supongo que no querrás que la seguridad te vuelva a sacar.
La última vez, Ana, junto con Rosa y María, fueron expulsadas por la seguridad de aquí, lo que cual fue una gran humillación.
Ana respondió, -no te preocupes no necesitas echarme, me iré por mi cuenta.
Ana se preparó para salir, pero justo entonces vio algo sobre el gabinete en la sala de estar.
Su corazón dio un vuelco total y, sus ojos se iluminaron.
-Raquel, jabrió la puerta rápido!
Raquel se acercó a la puerta para abrirla.
Ana con rapidez se deslizó hacia el gabinete, tomó el objeto y lo escondió en su bolsillo.
Raquel no lo vio, ella abrió la puerta del apartamento, -adelante, Ana.
Ana salió, y con un “clack“, Raquel cerró la puerta del apartamento.
Ana, ya fuera del apartamento, no se enojó, al contrario, estaba de muy buen humor y caminó tranquila con paso firme de regreso al apartamento de Alberto.
Alberto ya había salido de darse una ducha fría, previamente solo había empujado a Ana sobre la cama y luego se levantó, no había ocurrió nada entre ellos.
Ana no estaba satisfecha y, por eso fingió haber estado follando y envió un mensaje de voz con gemidos a Raquel.
Quería hacerle creer a Raquel que había tenido relaciones sexuales con Alberto.
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